Airbnb en «Le Monde», de la utopía a un clic al gigante por regular

A Al acercarse las vacaciones de verano, el número de unidades de alquiler y los precios se disparan en la popular plataforma de Airbnb. Los propietarios ya anticipan los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, organizados en París en el verano de 2024, y los cientos de miles de turistas que se esperan para el evento. A lo largo de artículos y programas de televisión, una pregunta sigue apareciendo: ¿cómo regular Airbnb? El 28 de diciembre de 2010, la primera vez El mundo menciona la plataforma americana en sus columnas, la periodista Laure Belot evoca el surgimiento de una «consumo colaborativo». Airbnb, creada en agosto de 2008 en San Francisco, en la costa oeste de Estados Unidos, es apodada la «eBay de alojamiento» gracias a la posibilidad de reservar una habitación con locales en 167 países, incluida Francia.

A principios de la década de 2010, las plataformas en línea son sinónimo de nuevas oportunidades. «Viajar mejor con la ayuda de las redes sociales», titula el diario, en noviembre de 2011. El artículo, firmado por Laure Belot, subraya la » Muy buena relación calidad-precio » de Airbnb. A raíz de esta nueva aplicación, el capitalismo también está cambiando. «Bienvenidos al mundo de la economía colaborativa, el nuevo Eldorado de Internet», anunció Anne Rodier en enero de 2013. La innovación social se describe como la «motores» de este mercado, gracias a su flexibilidad y accesibilidad.

En solo unos años, la utopía se convierte en mucho dinero. Airbnb y otras apps, como Drivy y Blablacar, aparecen en la portada de M La revista del Mundo bajo el título «Compartir es ganar». Guillemette Faure detalla su punto en las páginas interiores: “Pero detrás de estas start-ups con un ideal eco-solidario, ahora hay empresas multimillonarias. » Con el éxito viene la profesionalización de la plataforma Airbnb, que ha conquistado aún más clientes gracias, en particular, al envío de fotógrafos para presentar la oferta de alojamiento. La empresa americana se adapta constantemente a la normativa vigente. «Todo el juego consiste, por tanto, en utilizar un discurso utópico-solidario haciéndose lo más grande posible», preciso METRO.

Profesionalización de la oferta

No en vano, en la medida en que se impone en el turismo, la famosa start-up beneficia principalmente a los más acaudalados. En un artículo publicado el 14 de marzo de 2015, Audrey Fournier destaca el beneficio que las clases medias pueden sacar de esto, a diferencia de las clases trabajadoras, que no tienen tantas propiedades para alquilar. El periodista cita al economista estadounidense Dean Baker, quien ve en el sistema Airbnb una «manera incorrecta de hacerse rico». Por primera vez se juzga la normativa » necesario » para evitar un punto muerto.

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