“Aprovechemos la crisis para pensar en una gestión más transparente y profesional de la federación”
METROFormarme como médico significa que no me gusta disparar a las ambulancias. Y menos delator soy aún, aunque en varias ocasiones he señalado los abusos y las carencias de un «sistema» que he podido observar de cerca desde hace varios años.
La nueva crisis de gobernanza que atraviesa el fútbol francés ha puesto esta vez en primera línea al presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), Noël Le Graët. Se trata pues de la cantera, justificada por la conducta y declaraciones del Sr. Le Graët. Tras bambalinas, los aspirantes a su sucesión ya afilan sus armas, pues el puesto es atractivo y la sopa excelente.
Sin embargo, ninguno de ellos puede decir que el ex presidente del Guingamp sea un «poco nuevo» de los cuales descubrirían los cruces. Presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) de 1991 a 2000, Presidente de la FFF desde junio de 2011, Noël Le Graët es uno de los padrinos históricos del fútbol francés. Trabajó con todos aquellos que lo transformaron, de Jean-Claude Darmon a Charles Biétry, pasando por Jean-Michel Aulas. [président de l’Olympique lyonnais depuis 1987] y muchos otros.
Testarudo y quisquilloso, también se había opuesto a sus aliados en julio de 2000, lo que le había costado la presidencia de la LFP, antes de volver a la dificultad de la presidencia de la FFF entonces en general.
Operando a través de una delegación ministerial, la Federación Francesa de Fútbol es una asociación bajo la ley de 1901 que delega en una liga (otra asociación de 1901) la tarea de gestionar y explotar comercialmente las competiciones profesionales. No obstante, la FFF conserva la gestión y el funcionamiento de los equipos franceses, cuyos jugadores son empleados de clubes franceses o extranjeros.
Muchos actores «que hacen fútbol» tienen interés en que el sistema actual continúe, de ahí que esta cultura de compromiso y pequeños arreglos entre amigos, incluidos los deslices regulares, ya sean financieros o relacionados con las costumbres, ocupan los titulares de los medios, pero afligen a los verdaderos amantes de este maravilloso deporte.
Si me mantuve alejado de las autoridades del fútbol es porque entendí muy rápido que para ser parte de él había que negar sus convicciones y hacer «lealtad» al poder de turno, que es el del presidente de la LFP. [actuellement Vincent Labrune] o la del presidente de la FFF.
Egos presidenciales inflados
Me di cuenta, a veces a mi costa, que sin el apoyo de ciertas redes, sin compromiso (o compromisos) o alianza, era ilusorio pensar y tener alguna influencia. Sin embargo, he ejercido cinco presidencias de clubes, he hecho algunas intervenciones importantes aquí y allá, algunas de las cuales han tenido un impacto real en nuestro fútbol profesional.
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