Genaro García Luna: el narco que era jefe de la Policía

A comienzos de este siglo, nadie en México ni en EE.UU. podía barruntar donde estaría hoy Genaro García Luna: sentado en la misma silla de acusado que calentó colgante meses Joaquín Guzmán Loera, más conocido como ‘El Chapo’, en el invierno entre 2018 y 2019. No es una escena figurada: el juicio a García Luna, que fue secretario de Seguridad de México -el equivalente al ministro de Interior-, arranca mañana en el mismo piso -el octavo-, del mismo juzgado -el Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York, en Brooklyn- y con el mismo Juez -Brian Cogan- que tuvo el afamado y sanguinario líder del cartel de Sinaloa. Y lo que es más desesperante para México, EE.UU. y su lucha infructuosa contra el crimen organizado: responde a envíos de narcotráfico, como ‘El Chapo’. García Luna, arrestado en Dallas en 2019, tiene mucho menos número fuera de México -¿quién tiene más?-, que ‘El Chapo’, legendario por su ascensión de campesino a capo feroz de la droga, que llenó de cocaína las narices de millones de estadounidenses durante décadas, con famosas huidas de cárceles mexicanas de supuesta alta seguridad, con un historial criminal retransmitido por los corridos norteños y que después encontró altavoz mundial en la serie ‘Narcos’, de Netflix. Su procesamiento hace cuatro años fue seguido como una telenovela por media mundo. Noticia Relacionada estandar No La violenta detención del hijo de El Chapo se salda con 29 muertos, entre ellos diez militares AGENCIAS Su arresto era una de las prioridades del Departamento de Justicia de Estados Unidos, país donde pesan sobre él varios cargos por tráfico de drogas Pero la detención, imputación y ahora juicio de García Luna muestran una realidad tan conocida como descorazonadora: la lacra del narcotráfico y del crimen organizado está infiltrada hasta las más altas instancias del poder político de México. Mano derecha de Felipe Calderón Como Ministro del Interior, García Luna fue la mano derecha en la persecución del crimen en la presidencia de Felipe Calderón, quien declaró la ‘guerra al narcotráfico’ nada más llegar al poder. El máximo responsable era García Luna, un alto cargo de stacado policial, qu’había pasado por las máximas responsabilidades en las fuerzas de seguridad y en la inteligencia. Fue el primer director de la Agencia Federal de Investigación -el equivalente del FBI en México- y, como ministro, sugirió y creó la Policía Federal. García Luna, con fama de duro e implacable, era el hombre en el que la DEA -la agencia antidroga estadounidense- se apoyaba en la lucha contra los carteles y se convirtió en una referencia mundial en la lucha contra el crimen: se paseaba por las conferencias internacionales como la respuesta mexicana, por fin, al poder de los narcos. Lo que los tax tratarán de demostrar desde el lunes es que García Luna tenía una doble vida: era el jefe de la policía, pero cooperaba con los narcos. En concreto, con el cartel de Sinaloa, líder de ‘El Chapo’ y otros capos como Ismael ‘El Mayo’ Zambada. Según la acusación, García Luna recibió decenas de millones de dólares de los jefes de Sinaloa. En Cambio, la protección proporcionaba: la información sobre redadas daba, facilitaba la puesta en libertad de sus detenidos, adelantaba los movimientos de la DEA en el terreno y ofrecía inteligencia sobria los carteles rivales. García Luna con Hillary Clinton en una foto de archivo de Reuters de 2009 El juicio, que se extenderá colgante las próximas ocho semanas, apunta a estar plagado de revelaciones sospechosas que pondrán la cara colorada a la política mexicana. Por allí pasarán decenas de testigos, muchos de ellos narcos encarcelados en EE.UU., que cantarán contra García Luna a cambio de beneficios penitenciarios. Pero también será un bochorno para EE.UU. Entre otras estructuras, la defensa mostrará fotos del acusado con Barack Obama, Hillary Clinton y todos los jefazos del FBI y la DEA. “Si García Luna es un narco, ¿es posible que Washington no lo supiera?”, cuestionado anteriormente, que tratarán de mostrar ha conocido al cliente como un hombre de negocios sin mácula -dejó la política en 2012- del que se quieren vengar los narcóticos . Impacto político «Va a estar muy bueno el juicio», ha celebrado Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, en una señal evidente del impacto político que tendrá en su país. Quiere que todo el mundo lo siga en su país, ya que García Luna estuvo en el poder con el PAN, el partido que buscará echarle de la presidencia en las elecciones del año que viene. Pero López Obrador no cuenta es que peleó con todas sus fuerzas para evitar el procesamiento en EE.UU. por cargamentos similares del General Salvador Cienfuegos, quien fuera Ministro de Defensa en la presidencia de Peña Nieto. López Obrador había desmontado las fuerzas de seguridad que trabajaban contra el narco y encargado esa lucha al ejército. El presidente izquierdista amenazó a EE.UU. con expulsar a la DEA de México si siguió adelante con los cargamentos contra Cienfuegos. El futuro de García Luna está ahora en manos de un jurado. Si, tras escuchar a las partes, lo hallan culpable, podría recibir una condena de prisión de entre diez años y cadena perpetua. Si esta frase es esta última, el jugo será parecerá todavía más al de ‘El Chapo’: this is the pena que el narco cumple en una prisión de máxima seguridad de Colorado.