La Cité de l’architecture lleva casi un mes en huelga
En la explanada del Palais de Chaillot, es imposible no verlos: en huelga desde hace casi un mes, los guardias de seguridad están estacionados frente a la entrada, distribuyendo folletos a los turistas extranjeros que están un poco sorprendidos. El viernes 27 de enero marcó el 27mi jornada de paro ininterrumpido de veinticuatro de los treinta y ocho agentes de seguridad de la Ciudad de Arquitectura y Patrimonio (CAPA), en el 16mi Distrito de París. Apoyados por la CFTC y varias entidades de la CGT, los empleados protestan contra el deterioro de sus condiciones laborales.
Este museo, inaugurado en 2007 y que recibe a cientos de miles de visitantes cada año, emplea a 120 personas pero subcontrata algunas de sus funciones clave: limpieza, recepción, mediación y, sobre todo, seguridad y vigilancia. Cada tres o cuatro años, un llamado a licitación pone en juego el mercado público para cada una de estas misiones. Desde 1oh Enero, la empresa Korporate se encarga de la seguridad, reemplazando a Mondial Protection. De los cincuenta y nueve agentes asalariados de Mondial Protection, treinta y ocho optaron por quedarse en CAPA, mientras que los demás siguieron a su antiguo empleador a otros sitios.
Pero las condiciones de esta adjudicación requerían un aviso de huelga incluso antes del inicio del contrato: al poder programar sus horarios el 26 de diciembre -con cinco días de retraso- los empleados descubrieron una cierta cantidad de cambios. Los ritmos de trabajo en particular se han visto alterados. “Dije que quería estar al 100% durante el día, me pusieron al 100% en la noche porque hice algunos arreglos en la noche el año pasado. Acepté discutir pero se me impusoHamid Messaoudi indignado, agente en huelga. La gente que normalmente está en la recepción se encuentra en el museo, cuando no está acostumbrada. No es el mismo trabajo. Normalmente, se requiere el acuerdo del agente, de lo contrario nos volvemos versátiles sin nuestro conocimiento. »
Intentos de intimidación
Otros empleados indicaron un horario de trabajo más amplio, lo que lleva en particular a la supresión de los almuerzos para llevar, o el hecho de trabajar más días al mes porque las vacaciones son más cortas.
No está en juego ningún reclamo salarial: los huelguistas quieren principalmente que permanezcan en un sitio al que están adscritos, con sus condiciones laborales anteriores. Algunos apuntan a los intentos de intimidar a su nuevo empleador. Sospechan que quiere hacerlos trabajar en otros sitios, ofreciéndoles sólo unas pocas horas en CAPA, o empujándolos a transmitir.
Te queda el 51,72% de este artículo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.