La derecha republicana frente a sus demonios
SOrtiga debilitada y dividida por el conflicto de las pensiones, la derecha republicana intenta reconstruir su unidad en torno al tema migratorio. Flanqueado por los dos presidentes de grupo, Bruno Retailleau (en el Senado) y Olivier Marleix (en la Asamblea Nacional), el presidente del partido Les Républicains (LR), Eric Ciotti, presentado en el diario del domingo 21 de mayo dos proyectos de ley que debían resumir la nueva doctrina del partido. Si el pero exhibido no es imponer la inmigración cero, la vuelta de tuerca que propugnan no es menos espectacular. Pasa por una revisión constitucional destinada a permitir la celebración de un referéndum sobre política migratoria, a derogar la primacía de los tratados y del derecho europeo cuando «los intereses fundamentales de la Nación» están en juego o elevar el principio de asimilación a rango constitucional. Los dos textos serán depositados esta semana en la oficina de las asambleas y se utilizarán para extender al partido a negarse a votar cualquier texto que no cumpla con estos requisitos.
Esta es la primera vez que la derecha republicana rompe tan abiertamente con su filiación europea, cuando Francia es miembro fundador de la Unión Europea. Nunca hasta ahora un partido de gobierno se había atrevido a liberarse de los tratados, incluso si el tono de la campaña presidencial liderada por François Fillon en 2017 y Valérie Pécresse en 2022 había allanado el camino para tal evolución. Convirtiendo la cuestión de la inmigración en un punto de fijación, los dos candidatos habían comenzado a hacer de Europa el chivo expiatorio de una supuesta incapacidad francesa para controlar los flujos migratorios. La derecha ahora quiere inspirarse en Dinamarca que, desde su rebelión contra el Tratado de Maastricht en 1992, ha tenido una opción de exclusión voluntaria que le permite eximirse de parte de la ley europea.
Un electorado sin piel
La ofensiva de LR es tanto más preocupante cuanto que forma parte de un desafío al Estado de derecho, presentado como un freno a la voluntad popular. En una larga entrevista con Indicar a partir del 11 de mayoLaurent Wauquiez, quien es un supuesto candidato de derecha en las elecciones presidenciales de 2027, critica la » golpe de Estado « que las cortes supremas habrían, según él, fomentado en las décadas de 1970 y 1980 para despojar a los funcionarios electos de su poder de legislar. Se encontró en particular con el poder normativo del Tribunal de Casación, el Consejo de Estado, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos o el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, legitimando la tendencia al iliberalismo que desvía parte del derecho europeo.
Para justificar su preocupante evolución doctrinal, la derecha republicana invoca la fortísima preocupación de los franceses ante los flujos migratorios. Un estudio realizado por IFOP-Fiducial para Radio Sur El 12 de mayo muestra, sin embargo, que la lucha contra la inmigración ilegal sólo ocupa el duodécimo lugar entre sus preocupaciones, muy por detrás de la salud, la inflación, el poder adquisitivo o incluso la educación.
Reducido a un electorado delgado, incapaz desde la reelección de Emmanuel Macron de reinventarse, LR es en realidad un prisionero de sus viejos demonios. Ahora no ve ninguna posibilidad de supervivencia excepto en una alianza cuyos derechos está casi seguro de tomar la iniciativa. El posicionamiento que avala le acerca al de Eric Zemmour y parece un copy-paste del proyecto de Marine Le Pen, que ve refrendadas y banalizadas parte de sus tesis. Si la derecha republicana no entra en razón rápidamente, cargará con la responsabilidad de haber servido como caballo de Troya para la extrema derecha al convertir a los inmigrantes en chivos expiatorios de su propia impotencia.