«La discriminación tiene un impacto negativo en el desempeño general de la economía»

DDurante más de veinte años, el tema de la discriminación ha estado en el centro de los debates sociales y numerosos trabajos han abordado esta cuestión. La noción de discriminación tal como la aprehende la ciencia económica se basa en la presencia de un trato desigual entre un grupo y otro, no motivado por diferencias en el desempeño. A título ilustrativo, con idénticas condiciones de empleo y un nivel de productividad equivalente, si los hombres perciben una remuneración superior a la de las mujeres, se considera por tanto que efectivamente existe discriminación.

Incluso más allá de cualquier dimensión ética, esta discriminación tiene un impacto negativo en el desempeño general de la economía y, aunque solo sea por esta razón, es necesario reflexionar sobre las formas y los medios que pueden reducirla. En 2019-2020, el 18% de las personas de 18 a 49 años dijeron haber sufrido “trato desigual o discriminación”en comparación con el 14% en 2008-2009 (Insee Première n° 1911, julio 2022).

A este desarrollo se unen también otras dos observaciones: para las mujeres, la razón de existir se ha convertido en la principal fuente de discriminación, por delante de los orígenes; para los hombres, el origen es el principal motivo de discriminación percibida (58% de los casos, y en particular para las personas con relación a la inmigración ya que se trata del 22% de inmigrantes y del 20% de descendientes de inmigrantes). Para las personas que se autodenominan musulmanas, los motivos de discriminación van desde el origen hasta la religión.

La lucha contra la discriminación aumenta el PIB

En general, la discriminación dificulta y obstruye la integración en el mercado laboral de categorías de la población en edad de trabajar (los que son discriminados). En efecto, al excluir a determinadas personas del mercado de trabajo, la presencia de esta discriminación tiene como corolario una contracción de la población activa, lo que también puede provocar un aumento del coste de la mano de obra (debido a la caída de la oferta de).

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Además de este descenso de la población activa, la discriminación tiende a provocar una asignación no óptima de las capacidades en la economía, lo que equivale a privarnos de personas con un alto potencial. Así, según los escenarios previstos por la Estrategia de Francia en 2016, una reducción de la discriminación podría conducir a un aumento del PIB de entre el 3,6 y el 14 %.

Las cinco palancas contra la discriminación

En este contexto, para limitar los efectos de este flagelo económico y ético, las autoridades públicas podrían activar cinco palancas útiles:

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