Las protestas masivas en Francia ponen contra las cuerdas a Macron

Los sindicatos ganaron el jueves la primera batalla de su guerra contra el proyecto de reforma del sistema nacional de pensiones propuesta por el Gobierno de Emmanuel Macron, cuyo mandato presidencial entró en un campo de minas.

Entre 1,12 y 2 millones de manifiestos, según las cifras del Ministerio del Interior y las centrales sindicales, se tiraron el jueves a la calle en Paris y todas las capitales de provincias, para rechazar y pedir la retirada de un proyecto de reforma que ya había recortado muy mucho sus ambiciones.

Entre 2018 y 2020, la cabestrillo social de los chalecos amarilloslas manifestaciones gremiales y la pandemia, finalmente, sepultaron la gran reforma que había ideado Macron, primer paso de su ambición de reformar Francia y volver a la Unión Europea.

Tres años más tarde, las 250 manifestaciones del jueves en toda Francia y un rosario de huelgas nacionales tuvieron una fuerza muy superior a las manifestaciones del 2019, que terminaron consiguiendo el abandono de la gran reforma macroniana.

paros masivos

El resultado de la jornada del jueves se anuncia preocupante para Macron.

Centenarios de miles de manifestantes pacíficos y decididos en París y en toda Francia. Los sindicalistas del sector energético, imponiendo cierres y cortes de electricidad ocasionales. Paros masivos y cierres en la enseñanza, el sector público, la sanidad. Entre un 35 y un 59 por ciento maestros y profesores en huelga. Millares de escuelas e institutos cerrados. Los jóvenes que votaron a la extrema derecha participando en las mismas manifestaciones que los jóvenes de extrema izquierda. La mitad de los ferroviarios en paro técnico o total. Los transportes públicos en Paris y las grandes ciudades funcionando de manera aleatoria…

Ante el triunfo palmario de su primera jornada de protestas, todas las sindicales han convocado una segunda jornada de huelgas y manifestaciones, el primer dia 31 de este mismo mi de enero, dentro de ounce días. Seguirán nuevas convocatorias, a lo largo del mes de febrero.

Pálido, nervioso, Macron comenzó por reaccionar sin concesiones, desde Barcelona, ​​insistiendo en lo bien fundado de sus proyectos: “La reforma ha sido presentada democráticamente y, sobre todo, es justa y responsable”. Ya en suspenso posibles «adaptaciones», presentadas de este modo: «Mi Gobierno seguirá dialogando, pero con espíritu de responsabilidad».

Según un probe de urgencia del diario conservador ‘Le Figaro’, el 53 / 54 por ciento de los franceses estiman que Macron ha sido derrotado

Comienza una batalla en varios frentes, políticos, parlamentarios, sindicales y callejeros. Envalentonados por su primera victoria, los sindicatos no solo anuncian nuevas invitaciones de huelgas y manifestaciones: piden la retirada pura y simple del proyecto.

Desde hace veintiocho años, los sindicatos han conseguido que se retengan, total o parcialmente, sucesivos proyectos de reformas del sistema de pensiones, en 1995, 2003, 2008, 2010 y 2017, provocando crisis politica grave. La última victoria sindical, contra el mismo Macron en 2019, es un indicador preocupado. Tres años después, el presidente ha revisado a la baja sus primeras ambiciones, pero los sindicatos coquetean con la humillación presidencial.

Según un sondeo de urgencia del diario conservador ‘Le Figaro’, el 53 / 54 por ciento de los franceses estiman que Macron ha sido derrotado. Y una mayoría superior tiene mala opinión del presidente y su proyecto de reforma.

Intentando dejar abierta algún margen de negociación, Élisabeth Borne, primera ministra, comentó los estallidos de violencia, en la manifestación parisina, la tarde del jueves, en estos términos: “Debo saludar el compromiso de las fuerzas del orden y los sindicatos, que han permitido que las manifestaciones finen en buenas condiciones. Permitir que las opiniones se expresen libremente y ser fundamentales para la democracia. Continuemos discutiendo, para convencer”.

revisión en el bajo

El proyecto de reforma actual es el fruto de una revisión a la baja de la gran reforma de hace tres años. Antes de presentar el proyecto en la Asamblea Nacional, el pasado día 10 de enero, la misma primera ministra prolongó sin éxito su concertación con los sindicatos. Sin resultados importantes. Los sindicatos siguen pidiendo la retirada pura y simple del proyecto.

Convocando una nueva jornada de lucha, dentro de diez días, los sindicatos confirman su determinación, cuando el Gobierno debe afrontar la resistencia y oposición parlamentaria en la Asamblea Nacional.

Hace cinco años, Macron anunció solemnemente, en la histórica unidad de la Sorbona, que deseaba “reformar Francia para republicar Europa”. Ni Alemania ni Europa del Este han rechazado los proyectos macronianos de «soberanía militar e industrial europea«. A Macron el gusto por la política internacional con Joe Biden y Vladímir Putin, pero su proyecto de reforma más ambicioso está hipotecado a los déficits del Estado, la deuda pública y la contestación callejera.

Convocando una nueva jornada de lucha, dentro de diez días, los sindicatos confirman su determinación

Esta es la dimensión europea del proyecto presidencial del sistema de pensiones, que el resto de Europa contemplaba con reserva.

«¿Se está jugando Macron su mandato presidencial?», se preguntaba RTL (primera cadena radiofónica nacional, privada) a primeras horas de la noche del jueves. “Contestación peligrosa para el futuro presidencial”, añadía TF1, primera cadena TV, privada. «Enfrentamiento serio e impredecible», comenta ‘Le Monde’. «El método autoritario de Macron gira en el vacío», sentenciaba ‘Le Figaro’. «Un Gobierno sin aliento», declaró Éric Ciotti, líder de Los Republicanos. “La reforma de Macron es injusta”, machaca Marine Le Pen. Extrema izquierda, socialistas, comunistas y ecologistas son mucho más duros contra Macron.

Los sindicatos han ganado una primera batalla. Pero anunció una guerra impredecible. Macron ha salido tocado, pero puede resistir, incluso ganar, mal que bien. Por el contrario, la crisis en curso iluminó el frágil e inflamable estado de una Francia muy dividida y fragmentada.