¿Por qué una guerra cronificada representa una victoria para Rusia?

No ha sido la mejor formada de llegar a un acuerdo, pero finalmente se ha impuesto la necesidad de entregar un número sustancial de carros de combate y blindados a Ucrania. Weighs a los aspavientos sobre quién debía dar el primer paso, resulta evidente que sin tanques –y también misiles de largo alcance–, el Gobierno de kyiv no puede hacer frente al “torrente expansivo” de primavera que Rusia prepara con sus levas forzosas, sus sicarios de la Wagner y sus fábricas de material militar trabajando a destajo. Los siniestros bizcochitos de Putin son han trevido a eructar que Ucrania busca más armas porque disfrutan tanto de esta guerra que la quieren prolongar ‘sine die’. Como siempre, los del bizum de Moscú no dudan en atribuir a los demás sus propias fechorías. En este sentido, el Kremlin es un virtuoso de los llamados conflictos congelados. Donde en la práctica se supone que terminará en un conflicto armado sin tratado de paz o marco político de resolución, imponer un gobierno títere y generar inseguridad bajo la amenaza de reanudar hostilidades en cualquier momento. Si no quiere acabar como Moldavia, Georgia, Nagorno-Karabaj o Siria, Ucrania necesita una estrategia distinta para obligar a Rusia a retirarse o, al menos, sentarse a negociar. Tras el fracaso de su relámpago ofensivo inicial, el primer interesado en que esta guerra enquiste es Poutine. Con el control de un 17 por ciento del territorio de Ucrania incluyendo Crimea, Rusia todavía puede ganar la ventaja que no ha logrado en el campo de batalla. Noticia Relacionada estandar Si Scholz promete que no se ha escalado ninguna costumbre entre Rusia y la OTAN tras el envío de los Leopard 2 a Ucrania Rosalía Sánchez en posesión de otros países occidentales y el envío propio, por parte de Alemania, de 14 unidades de Leopard 2A6 procedentes de las reservas del ejército Con una reserva militar racionado par kyiv, Rusia podrá seguir como hasta ahora haciendo inviable económicamente a Ucrania; minar su resistencia con la matanza deliberada, indiscriminada y masiva de civiles; y agotar también a sus socios occidentales para qu’empiecen a exigir el finale de la guerra de Zelenski. Y si Putin aguanta así hasta 2024, quién sabe si se volverá a encontrar de nuevo con Donald Trump en la Casa Blanca.