“¿Quién pagará por la nueva nuclear? »
F¿algún día tendrá que elegir entre calefacción y vivienda? Esta pregunta es absurda a nivel individual, pero menos a nivel del Estado que debe arbitrar permanentemente en temas tan incómodos como éste. Así reflexiona hoy, de acuerdo a Los ecos, reservar una parte del Livret A, de los cuales los 375 mil millones se dedican principalmente a la financiación de viviendas sociales, para invertir una parte en energía nuclear. La reflexión es por el momento muy teórica, ya que la necesidad de dinero solo se sentirá a partir de 2027, cuando se iniciarán las obras de construcción de los nuevos reactores. Es más, solo sería una parte modesta de este botín, unos 10.000 millones de euros.
Este caso tiene el mérito de poner sobre la mesa el verdadero talón de Aquiles de la energía nuclear, su financiación. Con dos preguntas. La primera es: ¿cuánto? Según las últimas estimaciones gubernamentales establecidas en 2022, se necesitarán entre 51.000 y 56.000 millones de euros para los primeros seis ejemplares previstos. A ello se sumarán los costes de financiación, así como los demás inevitables de este tipo de sitios, que en fin podrían suponer cerca de 10.000 millones por máquina.
Surge la segunda pregunta: ¿quién pagará? En Gran Bretaña, donde EDF también ha integrado EPR, la financiación será en gran medida privada y se reflejará en las facturas de los usuarios. Francia no está de moda, especialmente porque los financiadores institucionales tampoco tienen prisa. De ahí la reflexión sobre el Cuaderno A.
base dominante
El punto crucial es el coste final del electrón, que determina su competitividad y, por tanto, su lugar en la cesta eléctrica francesa. ¿Se pretende que la energía nuclear reemplace al gas como energía auxiliar a un costo elevado pero esencial, o constituirá, como hoy, la base preponderante del suministro energético francés, incluso como reemplazo de los hidrocarburos en el transporte o la industria?
De momento, la inflación de los costes nucleares ante la deflación acelerada del precio de las energías renovables aboga por la primera solución, en línea con los últimos escenarios de la Agencia Internacional de la Energía. Pero, en la imaginación, muchos sueñan con volver al pueblo galo y gauliano, cuando Francia desplegaba su singularidad nuclear y sus imbatibles precios. La sabiduría recomienda hoy no poner todos los huevos en una misma canasta, ya sea renovable o nuclear.