Stephan Eicher, bajado de su balsa, vuelve a la carretera

En la primavera y el verano de 2021, Stephan Eicher jugó en una balsa. Uno de verdad, hecho de tablones de madera montados sobre barriles y cajones, con mástil, vela, cabos… Una estructura ambulante llamada «La Balsa de los Inútiles», que había viajado a varios lugares de Suiza (en los pastos de montaña , cerca de un río, frente a edificios patrimoniales…) y se instaló del 6 al 10 de julio en 106, en Rouen. En el otoño de 2022, fue deconstruido. “Queda un trozo de madera que se utilizó para hacer esta guitarra”dice Stephan Eicher, conocido el 19 de enero en La Cigale, escenario parisino de su nueva gira que, además de Francia, le llevará a Suiza y Bélgica.

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Bautizado «Y Eso es Torre», comenzó unos días antes y actualmente está programado para funcionar hasta el 25 de mayo. Más bien en los teatros, salas que permitan la intimidad, la proximidad. Par fidélité au bois, c’est autour d’une vaste table, avec en fond de scène d’immenses coffres posés verticalement, et une armoire sur le côté, que se tient Stephan Eicher et ses trois instrumentistes, qui interviennent aussi pour des parties coro.

Odaasí se titula el disco de Stephan Eicher presentado en noviembre de 2022, que reúne doce maravillas -lo hemos seleccionado de la lista de nuestros discos favoritos del año-, casi todas incluidas en el repertorio de esta gira, cuando, a menudo, artistas que ya tienen una dilatada trayectoria se cuelan en tres o cuatro novedades y se decantan por los títulos y éxitos más sonados. sin contacto, para empezar, entonces A nuestros corazones solitarios, Los más ligeros del mundo, Tormenta, impresionante, Lieblingsläbe, te mentiría diciendo… En luces de claroscuro, naranja, suavidad azulada.

Corrientes de arpegios de arpa

Stephan Eicher favoreció un enfoque acústico o discretamente eléctrico para esta gira. En los teclados, integrados en la gran mesa y que no vemos, está Reyn Ouwehand, que más bien selecciona sonidos de piano, capas de cuerdas, a veces finos sonidos de sintetizadores. En el bajo, a veces en la guitarra, es Simon Gerber. Y luego, conduciendo hacia un loco encanto, las ondas de arpegios, los deslizamientos, los punteos ornamentados de las cuerdas, los armónicos de un arpa tocados por Noemi Von Felten. Si todo esto conviene a las canciones deOda, los tomados de álbumes anteriores – sí, No amigo (como tú), cuánto tiempo y almuerzo en paz están ahí – también han sido arreglados para esta refinada instrumentación.

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