Si esta semana anunció que el grupo Wagner ya ha dado de baja a los presos en las cárceles rusas para integrarlos en sus filas, este sábado se conocieron nuevas explicaciones para ese cambio. Según el diario que publica en Twitter el Ministerio británico de Defensa, sobre todo dos lo explican: el primero, que cada vez se conocen más datos sobre las duras condiciones a las que se enfrentan aquellos que combaten en Ucrania, lo que actúa como a factor disuasorio, como sucedió con el vídeo en el que un desertor fue ejecutado con extrema crueldad; El segundo, y con más peso político, que la rivalidad y tensiones entre el Ministerio ruso de Defensa, cuyo titular es Serguéi Shoigu, y el grupo Wagner, propiedad del empresario y amigo del Kremlin Yevgueni Prigozhin, son cada vez mayores.

«Es probable que un factor clave en el final del esquema [el reclutamiento de presos de cárceles rusas] Sea cada vez más directa la rivalidad entre el Ministerio de Defensa ruso y Wagner. Es probable que el Ejército regular ruso ahora también haya desplegado a la gran mayoría de los reservistas convocados bajo la ‘movilización parcial’”, explica este sábado el Ministerio de Defensa británico en Twitter.

Como si pretendiera confirmar esa hipótesis, Prigozhin concedió el viernes una entrevista a un bloguero ruso especializado en cuestiones militares de la agencia question eco la Reuters, y en la que admisión que la feroz resistencia de las tropas ucranianas en la ciudad de Bajmut es extraordinariamente difícil en por parte de los soldados del Kremlin, considerando que el enclave resultaba estratégico para los futuros planes de invasión. En el mismo sentido, el empresario también sostuvo que el control total de las ‘repúblicas’ de Donetsk y Lugansk puede demorar en consolidarse hasta dos años; en lo referente a la zona alrededor del río Dniéper, su toma podría prolongarse incluso tres.

Cómo podemos suponer, las declaraciones de Prigozhin, que en la entrevista insistía en que no alberga ambiciones políticas, podrían contener una doble lectura. No hay que perder de vista su trasfondo crítico y desdeñoso, pues sus palabras llegan en un momento de rivalidad entre sus mercenarios y el Ejército ruso regular.

No es la primera vez que las tensiones entre el Ministerio ruso de Defensa y el grupo Wagner salen a relucir. Allí siguió esta semana durante la ofensiva contra la ciudad de Soledar, que finalmente se produjo en manos del Kremlin tras una dura confrontación. Aunque el Ejército ruso se felicitó por la victoria, el hecho de que omitiera a los mercenarios molestó notablemente a Prigozhin, que días había intentado capitalizar ese éxito para los suyos.

Tensión por cumpleaños

Con independencia de esa rivalidad, las próximas semanas puede resultar en clave para el desenlace de la guerra. If this is the last months han estado marcados por la pugna del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, por recibir los ansiados coaches Leopard y Abrams, y su atención dirige ahora a complementar esos logros con la cazas de combate, en el campo ruso parece estar gestándose el deseo de dar un golpe de efecto. Las fechas no están claras, pero el presidente ruso, Vladímir Putin, presentará su discurso anual al Parlamento el 21 de febrero, un año después de la intervención en la que reconocía la independencia de Donetsk y Luganks. Por entonces, el presidente de EE.UU., Joe Biden, estará en Polonia.